Una técnica es una manera de (o procedimiento para) resolver una tarea. En su sentido etimológico (del griego tejné=arte), una técnica es el procedimiento o método usado para producir un objeto o alcanzar una meta, es decir, su propósito es construir o producir algo, su énfasis está en el hacer. Con mucha frecuencia la técnica se aprende por imitación y es validada por su efecto, es decir, todo lo que se le pide es que funcione. En este sentido, la técnica se distingue de la episteme griega pues ésta se refiere al "conocimiento desinteresado de la naturaleza", es decir, al conocimiento de las verdades necesarias.
De esta manera, el sentido etimológico del término técnica arrastra la connotación negativa de la antigua Grecia de ser propia de las clases bajas. Este significado parasitario se puede entender en la frase inglesa: "Los caballeros no trabajan con sus manos" (Ver http://en.wikipedia.org/wiki/Techne).
Sin embargo, la técnica es a menudo el producto de un conocimiento teórico, pero que se ha "empaquetado" como técnica para su uso por "operarios" con escasa instrucción, o simplemente para su facilidad de uso y con miras a la eficiencia operativa. En este sentido, una técnica es la aplicación práctica de una ciencia o una teoría.
En las matemáticas, una técnica toma la forma de un algoritmo (por ejemplo, el algoritmo de Euclides o el de la división o incluso la fórmula general de la ecuación cuadrática). El usuario del algoritmo no necesita saber la teoría en que se fundamenta (la cual correspondería a la episteme, es decir, a la necesidad lógica de su funcionamiento). En otras palabras, para su uso eficaz no necesita conocer su demostración formal. Pero si la conociera, también reconocería las condiciones bajo las cuales dicha técnica funciona adecuadamente (y los casos contraindicados de aplicación). Para la mayoría de las personas, la técnica permanece como caja negra en cuanto a su funcionamiento ("Yo sólo sé que hay que ponerle gasolina para que funcione")