Hábitos de la mente (para el desempeño eficaz )

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Dr. Covey

No soy muy afecto a los libros de entusiasmo y/o autoayuda, pero parece que algunos sí tienen algo que aportar. Acabo de descubrir en la WWW al Dr Stephen R Covey.

 

 

Ver http://www.whitedovebooks.co.uk/7-habits/7-habits.htm para algunas ideas muy básicas sobre cómo mejorar el desempeño personal. El Dr Stephen R Covey es conocido --ahora lo sé-- por su libro The 7 Habits of Highly Effective People, publicado en 1989 por Simon & Schuster. Se dice que ha vendido alrededor de 12 millones de copias en todo el mundo.

Les comparto algunas de ellas y me dicen qué les parecen. La propuesta de Covey se basa posiblemente en la ciencia de la administración. Son principios de sentido común. Imposible estar en desacuerdo. Sólo tienes que conectarte en su mismo canal...  y ponerlos en práctica --quien quita y te ganes el oro en el nacional de la OMM 2009.

Primero una verdad muy básica: Nuestros hábitos expresan nuestro carácter --éste está compuesto de hábitos; los hábitos son consistentes y manifiestan un patrón. (Lo que podría yo decir sobre esta afirmación es que la comparto totalmente. Pero los hábitos vienen de una costumbre de toda la vida y de un estado de la mente. El truco para cambiar de hábitos es hacerlos conscientes, en darte cuenta que algunos hábitos son muy negativos para tu desempeño como estudiante.)

Otra idea más: La clave no está en priorizar tu agenda, sino en agendar tus prioridades. (Bueno, ésta está algo enigmática pero está muy buena.)

Los 7 hábitos de Dr. Covey


Como se sabe, los seres humanos somos reactivos por naturaleza, es decir, reaccionamos ante las situaciones problemáticas. Pero --dirán algunos-- ¿hay otra forma de ser? Sí. Hay otra forma. La previsión (o planeación): prever la situación problemática antes de que ocurra y prepararnos para ella. Ésta la actitud proactiva. Pensar el futuro, pensar en términos de las consecuencias de nuestras acciones. (La actitud reactiva tiene una verdad:  lo que haces no tiene ninguna consecuencia práctica, y si la tuviera, nada se podría hacer para modificarla --por tanto no tiene caso ni siquiera pensar en esas consecuencias...)

La actitud proactiva cree, por contra, que siempre hay la posibilidad de elegir, siempre hay la posibilidad de elegir cómo responder... de elegir una de las opciones disponibles para responder a cada situación.

Este el primer principio de Covey: Sé proactivo.

Como una consecuencia de la actitud reactiva, ocurre que nunca reflexionamos sobre cuál debería ser la finalidad de nuestros esfuerzos (por que no hay tiempo, siempre estamos reaccionando ante los problemas). Es más, ni siquiera imaginamos que podría haber una finalidad conscientemente elegida para nuestros esfuerzos, pues siempre andamos tan apurados resolviendo los problemas que surgen, que no queda tiempo para reflexionar... Pero eso puede cambiar si nos tomamos un tiempo de reflexión y elegimos el futuro que queremos.

Este es el segundo principio de Covey: Empieza con el final en mente. Para ello tienes que tener un sueño, una visión, un escenario de futuro, de tu futuro, ese será el propósito que debe mantenerte ocupado, en los tiempos libres cuando los problemas cotidianos hayan sido resueltos... En esos momentos de reflexión debes establecer tus metas para empezar a lograr la construcción de ese futuro. Esas metas deben ayudarte a medir qué tanto te estás acercando a ese futuro a través de las acciones que emprendas.

También por naturaleza, los seres humanos somos desorganizados (una consecuencia de ser reactivos), abordamos la solución de los problemas a medida que se presentan. Incluso, tratamos de resolver problemas que ni siquiera son problemas. En otras palabras, no establecemos prioridades. Para ser eficaz, es necesario aplicar el tercer principio de Covey: Primero lo primero. Pero para aplicar este principio, tienes que haber definido qué es lo importante. Porque lo importante se define según un objetivo a lograr, tu finalidad, tu visión de futuro. Si ya sabes qué es lo importante, también puedes decir no a las actividades irrelevantes o distractoras. Tienes que concentrarte en las actividades importantes aunque no urgentes (el cuadrante 2 de la siguiente tabla).

  Urgente No urgente
Importante
  • Deadlines en puerta
  • Presiones laborales o familiares
  • Prevención
  • Planeación
  • Implementación de sistemas
  • Conocimiento profesional
No importante
  • Interrupciones
  • Atender y enviar mensajes
  • Reuniones imprevistas
  • Pasatiempos
  • Actividades improductivas

 

Ante una disputa (con colegas u otras personas) busca soluciones que beneficien a ambas partes.  Dedica tus esfuerzos a tratar de entender y descubrir las posibles sinergias de la situación. Este es el cuarto principio: Piensa al estilo gana gana --o ni siquiera lo intentes.

Quinto principio: Busca primero entender --y sólo después ser entendido. Lo normal es precisamente lo opuesto, ya sea en la conversación, en reuniones o en diálogos. Pero ¡eso es precisamente lo que ambas partes están haciendo! Es decir, ninguna de las dos partes está escuchando, es un diálogo de sordos.

Este es un hábito para las relaciones interpersonales, es casi mágico para transformar el rumbo de las discusiones --nos dice Covey. No se trata de dejar que primero hable el otro, sino de hacer el esfuerzo por entender lo que está diciendo. Tenemos que comprender que nuestro hábito natural (de nuestra mente) es el mal entendido: con demasiada frecuencia asignamos el significado equivocado a lo que nos dicen. Es por ello que necesitamos hacer un esfuerzo consciente para realmente entender la posición del otro. Y cuando ello se logra, el otro lo va a notar y la dinámica de la interacción cambia: el otro se va a interesar en lo que tú dices.

Sexto principio: Sinergiza. Es decir,trata de encontrar una solución en colaboración con el otro, de tal manera que ambas partes se beneficien. Aplícalo en tres pasos: primero hazte a la idea de que tal solución existe; segundo, dedica el tiempo y el esfuerzo necesarios para entender la posición del otro; finalmente, generen entre los dos una solución sinergética.

Séptimo principio: Afila tus herramientas.

Por mi parte, les podría aportar otras dos o tres ideas para los entrenamientos en resolución de problemas de concurso. (Nótese que los principios de Covey, y los consejos que siguen nada tiene que ver con las matemáticas de concurso --por lo menos en apariencia.)


1. No estudies de manera aislada, ni temas hacer preguntas sobre la solución de un problema. De hecho, si ya te pasaste mucho tiempo pensando el problema, déjalo pendiente y pásate a otra cosa.

2. Comparte el conocimiento que ya tienes o que acabas de descubrir con tus compañeros de equipo. Por ejemplo, si encontraste un problema que te gustó, compártelo con ellos.

3. Toma la iniciativa siempre que puedas. Los entrenadores y compañeros con más experiencia que tú te escucharán con gusto si hablas de manera inteligente sobre tu gran idea para mejorar el desempeño del grupo. Expresa tu verdad al equipo. Piensa en cómo podrías contribuir con tu equipo --además de cumplir con tus tareas asignadas-- y exprésalo al grupo.

3. Sigue aprendiendo. En todos los niveles --no solamente en matemáticas de concurso o tu hobby favorito. Trata de mejorar tu disciplina de trabajo, de ser más eficaz en lo que haces. Busca retroalimentación y consejo de terceros acerca de tu desempeño. Por ejemplo, puedes aprender a escribir correctamente tu idioma.

4. Convierte tu entrenamiento en algo placentero, genera ideas para lograrlo. Por ejemplo organizando competencias amistosas con los miembros de tu equipo.

Los saluda

jmd

PD: ¿Acaso me puse sentimental? ¿Metafísico?... ¿Sería algo que comí?...